Ready Player One – Cruzadas virtuales

En 2018, Cine, Críticas by Néstor JuezDeja un comentario

Pocos directores han marcado el devenir del cine de los últimos cuarenta años como Steven Spielberg, uno de las realizadores más populares de la prodigiosa generación americana de los 70. Como otros compañeros de la talla de Scorsese o De Palma, sigue activo hoy en día y estrenando películas con regularidad (no en vano, ésta y la estupenda Los archivos del pentágono han estado separadas en la taquilla española por apenas dos meses). Sigue trabajando tanto en la vertiente académica para adultos como en el entretenimiento familiar. Dado que sigue trabajando en su zona de confort, y registros de sobra conocidos, ya no se valoran sus obras, y se reciben con recelo por ser de él. Lo cual es muy triste, pues sigue filmando excelentes películas. Las que nos ocupa, una ambiciosa adaptación de una obra literaria de culto, es de sus películas más esperadas de los últimos años. Se trata del filme de aventuras y ciencia ficción Ready Player One, adaptación libre del libro homónimo de Ernest Cline. Una película de jugosa premisa y atractivo aspecto visual, que prometía ser más que un puñado de referencias pop. El recibimiento crítico no fue unánime, pero sí positivo, así como cálida fue la recepción entre el público y óptima fue la respuesta en taquilla. Aún con dudas, la confianza en Steven me hizo tener buenos presagios, y acudí a la sala de cine con apertura de miras y sin juicios preconcebidos. Y aunque no hablemos de una obra maestra, ni de una de las grandes producciones de su padre, es necio negar y despreciar las evidentes virtudes de un relato de visionado sorprendentemente disfrutable y visualmente explosivo. De duración excesiva, deficientes personajes y fluir convencional, pero imaginativa en sus soluciones visuales y portentosa en el manejo de los recursos estructurales de un blockbuster autoreferencial. Un tributo a muchos niveles. 

Wade Watts (Tye Sheridan, emocionalmente entregado) vive en un barrio humilde y cochambroso de la superpoblada Ontario del gris 2045. Para evadirse de esta triste realidad, se sumerge a diario en el fascinante e inabarcable mundo virtual de OASIS, realidad poblada de referencias a la cultura pop de los 80 creada por la compañía de Ogden Morrow (Simon Pegg) y su diseñador, ya fallecido, James Hallyday (estupendo Mark Rylance) dónde puedes ser lo que quieras y jugar a lo que sea. En esta realidad la mayoría de la población se conecta para obtener bienes, convirtiéndose en el foco principal del capitalismo global. Con la forma de su avatar Parzival y de algunos amigos, Wade se adentrará en un peligroso juego de búsqueda de las tres llaves escondidas por Hallyday y caza del Huevo de Pascua que le dará el completo control de OASIS, arrebatándole así a la pérfida compañía tecnológica IOI de Nolan Sorrento (ridículo Ben Mendelsohn)  la posibilidad de dominar el mundo. Una trepidante historia sobre la narrativa de los videojuegos y la inmersión en las realidades virtuales, enmarcada de lleno en la presente corriente retromoderna. Es muy oportuno el mensaje y reflexión sobre las VR, y Spielberg aprovecha la ocasión para citar con aprecio y como guiño a múltiples propiedades culturales de los 80, en muchos casos, estrechamente relacionados con su propio corpus creativo. Sorprende el espectacular apartado formal, y la pericia audiovisual a la hora de poner en escena estos mundos de frondosos e imposibles escenarios y personajes (la secuencia de la primera carrera es extraordinaria, cómo lo es en general sus 15 primeros minutos introductorios), sin perder nunca las texturas del viodejuego. Hecho con un sentido del espectáculo vigoroso pero también bucólico y alegre, propio de relatos juveniles de otra era. Si no fuera por su puntera tecnología digital, es un filme que por espíritu, estilo y maneras bien podría haber sido rescatado del año 1983. Un tono trasnochado y una atmósfera mágica que, unido al ingenio con el que se gestiona la intriga, la acción y la investigación sobre la vida pasada de Hallyday, desemboco en un filme extremadamente entretenido aderezado de secuencias de acción diseñadas con mucho oficio y plagadas de innumerables elementos juguetones con los códigos del mundo viodejueguil. Todo un placer geek de captura de homenajes visuales y, además, una traslación fastuosa de un relato infantil de aventuras dentro de la esfera digital a la gran pantalla con todo lujo de recursos de imagen. 

De una manera consciente pero también acomodada, la película cae en profundidad en todos los defectos estructurales del cine familiar que homenajea. En unos tiempos más nihilistas y solemnes, el cine blanco y ligero ya no se comprende de la misma manera, y quizás se esperaba de esta película una mayor profundidad en su discurso tecnológico y una mayor entidad para sus personajes. El romance es ridículo, cómo chusco es el villano y cansino es el tercer acto, que estira el clímax de un metraje ya largo de por sí. El argumento es, contrastando con el aspecto visual, demasiado simple, y absolutamente predecible. Una película que abraza clichés del mainstream de hoy y muchos otros de un mainstream ya abandonado. Pero son defectos, numerosos, puestos en escena con un humor de tinte clásico y sagaz. Un elemento más de esa autoconsciencia y coherencia con el propio imaginario que me invita a perdonarlos, compensados sobremanera por sus nada desdeñables virtudes. Pese a que es evidente que el proyecto ha sido encarado con una evidente falta de ambición textual, limitándose a un discurso de la imaginación contra las corporaciones un poco manidos

Fantástica, inocente y juguetona, Ready Player One es un espectacular divertimento con poca profundidad pero un extraordinario entendimiento de la aventura y del uso de los referentes retro y el lenguaje de los videojuegos. Todo un placer culpable. 

  • Título: Ready Player One
  • Dirección: Steven Spielberg
  • Guión: Ernest Cline y Zak Penn, basado en la novel homónima de Ernest Cline
  • Actores: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, Mark Rylance, Simon Pegg
  • Dirección de Fotografía: Janusz Kamiski
  • Música de: Alan Silvestri
  • Estreno: 28 de marzo de 2018
  • Duración: 140 minutos
  • Web Oficial: http://www.warnerbros.es/ready-player-one
  • Nota: 7,5/10

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